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Nuestra visi�n
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Nuestra visi�n quiere ser una respuesta a las constataciones siguientes:
Sin pretender imaginar que somos los �nicos en reaccionar, queremos a�adir nuestra piedra al edificio y construir una Federaci�n que responda a los criterios siguientes:
Cap�tulo I � FUNDAMENTOS TEOL�GICOS Las Iglesias miembros, los pastores y otros ministerios reconocidos de la Federaci�n se comprometen formalmente y sin reserva alguna a vivir y ense�ar los puntos siguientes: 1 - ACTUALIDAD DE LA B�BLIA Afirmamos, seg�n las Santas Escrituras que Dios no cambia (Malachias 3.6). Nos situamos pues bajo la triple autoridad de Jes�s Cristo, del Esp�ritu Santo y de la Palabra soberana de Dios, el Padre de nuestro Se�or que opera todo en todos. Confesamos Jes�s Cristo como Se�or y Salvador por el Esp�ritu Santo, y a trav�s de la Escritura Santa (regla absoluta de la fe). Reconocemos que nuestra �tica de vida debe ser conforme a esta Palabra inmutable. Respetamos los que no participan de esta visi�n pero rechazamos para nosotros mismos alterar la moral jud�o-cristiana. 2 � LA SALVACI�N Confesamos, de acuerdo con los Evangelios, que s�lo hay salvaci�n en Jes�s Cristo (Hechos 4,12), y que �l es el �nico intermediario entre Dios y los hombres ((1Timoteo 2,5). Confesamos que la salvaci�n s�lo es posible por la fe y no por las obras, que no son m�s que los frutos de la fe. Afirmamos que el bautismo no tiene valor si no es el resultado de un arrepentimiento personal y el compromiso tambi�n personal de ser disc�pulo de Jes�s Cristo. As� que no tiene valor si no responde a estos criterios. Como lo manifiestan todas las ense�anzas de Jes�s Cristo y de los ap�stoles, se pr�ctica por inmersi�n cuando lo pide la persona que se siente capaz de tomar ella sola esta decisi�n. Respetamos todos los dem�s que tienen otra visi�n, pero consideramos que la �nica forma de colaboraci�n con religiones diferentes consiste en construir relaciones de paz y de respeto rec�procos. Rechazamos toda forma de sincretismo que consideramos como una violaci�n de la voluntad de Dios (Hebreos 10.29, 2Timoteo 2.16). 3 � LA IGLESIA No reconocemos a ninguna iglesia y organizaci�n religiosa el privilegio de considerarse por encima de las dem�s, ni como modelo, ni mucho menos como �medio de salvaci�n�. La Iglesia pertenece a Jes�s Cristo, y de ella s�lo es �l la cabeza (Efesios 1.22 y 5.23). Las estructuras eclesi�sticas no siendo m�s que los soportes de la vida del pueblo de Dios, cada comunidad local se organiza as� en funci�n de lo que el Esp�ritu dice a la Iglesia. Nuestras relaciones entre iglesias miembros de la Federaci�n, como tambi�n con las dem�s denominaciones, quieren ser impregnadas de respeto y de amor para las �nimas. Los acercamientos est�n pues deseables entre cristianos nacidos de nuevo. Sin embargo, rechazamos todas las asociaciones cuyos prop�sitos ser�an alterar la doctrina esencial expresada en la Palabra de Dios (2 Timoteo 4.3). Esto concierne la �tica, en particular los debates que se refieren a la homosexualidad, el derecho a la vida, las manipulaciones gen�ticas� Si rechazamos toda forma de homofob�a, queremos respetar en nuestras iglesias como para nosotros mismos la regla sagrada del matrimonio, �nicamente entre personas de sexo diferente (Lev�tico 18,22). 4 � LA COMUNI�N La comuni�n toma todo su sentido en la Santa Cena. Llamamos sin embargo la atenci�n de cada uno sobre la importancia de participar al recuerdo del sacrificio de Jes�s Cristo, en pleno conocimiento de causa, y no como un simple rito (1 Corintios 11,29). Manifestamos nuestro amor fraternal invitando a los cristianos que visitan nuestras iglesias a compartir el pan y el vino, si as� lo desean. 5 � LA LIBERTAD DEL ESP�RITU SANTO Significa aceptar que el Esp�ritu Santo viene sobre todos los miembros de la Iglesia para hacer de ellos unos testimonios vivos de Jes�s Cristo. El Esp�ritu soplando �adonde quiere y cuando quiere� (1 Corintios 12.7-11) no debemos juzgarnos los unos a los otros en relaci�n a los �dones espirituales�. Ahora bien, tenemos que buscarlos con fervor (1 Corintios 14.12), para la edificaci�n de la Iglesia. 6 � EL RETORNO DE JES�S CRISTO Creemos que Dios ha fijado un tiempo para el regreso de Cristo. Si no nos es posible conocer el d�a de su regreso, �l nos ha dado sin embargo signos permiti�ndonos de quedarnos despiertos. Creemos que �l quiere proteger a su Iglesia para celebrar las bodas del cordero (1 Tesal�nicos 4.16-17), y nos preparamos para la realizaci�n de esta promesa (2 Timoteo 4.8) 7 � LOS MINISTERIOS Todos los que ejercen un ministerio deben esforzarse en vivir en la b�squeda de la santidad, para ellos mismos y para el testimonio que dan (1 Timoteo 3.2, 2.12). Los ministerios son suscitados por el Esp�ritu de Dios y reconocidos por los ancianos nombrados (Hechos 13.2). Por eso todo ministerio autoproclamado podr�a resultar sospechoso. La libertad del Esp�ritu Santo consiste tambi�n en desplazar un ministerio establecido, a modificarlo o a reemplazarlo en un momento dado. Cada cristiano debe as� ocupar el sitio que el Esp�ritu le indica hoy en la Iglesia. El pastor m�s que cualquier otro debe buscar cual es la voluntad del Se�or y ayudar la emergencia de nuevas vocaciones. La Iglesia no se gestiona como una empresa, tampoco es un asunto de familia. Un pastor debe estar preparado a dejar que le reemplace un sucesor el momento venido. Debe ayudarle a tomar el relevo y prepararse a esta transici�n de modo que no est� vivida como una ruptura, ni por la iglesia local ni para �l mismo. Capitulo II � RELACIONES Y DISCIPLINA ECLESI�STICA Nuestras relaciones deben ser transparentes. 8 � RECONOCIMIENTO DE LOS MINISTERIOS Una vez un ministerio revelado por la Iglesia local, debe ser sometido a su reconocimiento por la Federaci�n. En este caso, el Presidente en funciones debe ser informado por el pastor local. Despu�s de consultarlo con la Comisi�n y si la mayor�a de sus miembros reconocen la pertinencia de este ministerio, �ste ser� presentado en el curso de una asamblea general que tiene, ella sola, competencia para tomar la decisi�n final en el nombre de la Federaci�n. Se pueden pedir un periodo probatorio o un plazo de reflexi�n en el caso de que no haya una convicci�n claramente establecida. En tal hip�tesis, y si la Comisi�n mantiene la recomendaci�n al t�rmino del tiempo de reflexi�n o del periodo probatorio, el caso ser� sometido de nuevo a la Asamblea General que tomar� posici�n definitivamente. - AUDITORIA Cada miembro reconoce a la Comisi�n de la Federaci�n el derecho de efectuar una auditoria de la Iglesia local, que podr� consistir en: Verificar la buena gesti�n de los libros y documentos legales Comprobar la conformidad de la ense�anza Ayudar a la resoluci�n de problemas espec�ficos Estas auditorias deber�n hacerse regularmente en cada asociaci�n miembro y cada uno se compromete a aceptarlas. En caso de negativa, o si despu�s de se�alar una anomal�a importante y justificada, la asociaci�n se niega a proceder a las correcciones necesarias, el caso debe estar sometido a la Comisi�n que, in fine, podr�, despu�s de otro advertimiento, considerar el caso como incumplimiento grave y tratarlo seg�n las disposiciones de los estatutos. La visi�n es el desarrollo del impacto del Evangelio, con arreglo a las vocaciones o llamamientos espec�ficos de cada uno. 10 � Desarrollo de asociaciones Como las asociaciones culturales no est�n autorizadas a tener otros objetivos que el ejercicio del culto, es necesario crear asociaciones que sean : - asociaciones culturales, siempre y cuando que su objeto sea en relaci�n con el desarrollo de la fe cristiana - y/o asociaciones con vocaci�n de ayuda a los necesitados. Es de desear que estas asociaciones puedan colaborar entre ellas, y la Federaci�n, teniendo la vocaci�n de servir de lazo, las ayudar� en la medida de sus competencias. Traducido del franc�s por la Sra. Nicole Kissling
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